Existe la tendencia a usar las palabras inclusión e integración como sinónimos, pero en realidad no lo son. Hay que tener en cuenta las diferencias que existen entre ellas dos respecto a las personas con discapacidad.
Es fundamental hacerlo en el trabajo por sus derechos. Es una diferencia que no solo tiene que ver con cuestiones discursivas. También afecta las formas de ver al mundo y a las personas, además de respetar a cada ser humano en su individualidad.
¿Qué es la integración?
Respecto a las personas con discapacidad, el término se refiere a que ellas puedan ingresar a un recinto pero no ser parte activa junto a los demás. En esos casos se destinan espacios exclusivos o tareas diferentes.
Un ejemplo de integración sería aceptar a niños con discapacidad en una escuela pero darles distintas tareas en un sector del aula diferenciado del resto. Según el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), cuando un niño es integrado en una escuela pero no es incluido en las actividades escolares, esto “contribuye a la formación de prejuicios, estigmatizaciones e incluso a la discriminación”.
¿Y qué es la inclusión de las personas con discapacidad?
A diferencia de la integración, la inclusión busca que todas las personas participemos y compartamos los mismos ámbitos. No se centra en el individuo y sí pone énfasis en el ambiente. Eso es lo que debe adaptarse a las personas.
Desde la perspectiva de la inclusión, todas las personas conviven, se desarrollan juntas, toman las decisiones y comparten. Si hay una persona que tiene dificultades para participar de alguna manera, entonces es el ambiente el que debe ser modificado.
En la inclusión se realizan ajustes como accesibilidad para usuarios de sillas de ruedas, utilización de textos en lectura fácil para personas con discapacidad intelectual, audiodescripción de videos para personas con discapacidad visual, etc.
Un ejemplo de inclusión:
Es la oportunidad que dan algunas empresas a los empleados con discapacidad para trabajar dentro de los mismos ámbitos que los demás. Las personas deben realizar entrevistas, aprender a realizar el trabajo y sumarse a actividades acordes a su perfil. En el caso de las personas con discapacidad, se realizan las adaptaciones necesarias en el ámbito laboral con apoyos y ajustes razonables.
Conoce los Programas del Instituto Tobías Emanuel para personas con discapacidad
– FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES
Es una modalidad que se inscribe en los programas de Prevención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Atiende niños, niñas y adolescentes de 7 a 17 años, con discapacidad intelectual leve a moderada. Corresponde a un servicio de atención integral de 4 horas diarias.
– INTERNADO
Modelo de hogares con apoyo
Se encuentra fundamentado en el enfoque de calidad de vida y en el modelo solidario de Inclusión Social del ICBF. Atiende a personas que en su mayoría están desamparadas por diversas razones.
Busca la restitución de los derechos y mejorar la independencia, promoviendo el autoestima y la convivencia a través del desarrollo de actividades artísticas, culturales y recreativas, el ocio, el tiempo libre y la vida ciudadana, tratando de devolver con dignidad el hogar que no tienen.
– FORMACIÓN PARA EL TRABAJO
Los programas de Formación para el Trabajo y el Desarrollo Humano han sido creados especialmente para jóvenes con discapacidad intelectual o cognitiva. Cada programa técnico de formación tiene una duración de tres (3) años.
El Certificado que se otorga es Técnico Laboral por Competencias en (uno de los 4 programas registrados):
Panadero Pastelero – Registro 4143.2.21.11131
Auxiliar Administrativo – Registro 4143.0.21.964
Auxiliar en Almacén y Bodega – Registro 4143.0.21.933
Jardinería y Vivero – Registro 4143.2.21.11133.
Auxiliar de Servicios Hoteleros.
– AVANCES: HABILIDADES PARA JÓVENES ADULTOS CON DIAGNÓSTICO DE DISCAPACIDAD
Es un programa ocupacional de desarrollo humano dirigido a población joven y jóvenes adultos con un diagnóstico de discapacidad, entre otras asociadas a la misma.
La labor en el Programa de Avance, actualmente, se desarrolla con personas de entre 25 y 68 años. Sin embargo, el grupo no se limita a las edades sino a las habilidades de cada una de las personas. El programa tiene un perfil a nivel comportamental.