La familia es el referente y soporte más importante para la mayoría de personas. Juega un papel esencial en su proceso de formación y es el entorno más adecuado para que las personas se desarrollen de manera integral, socialicen y expresen sus sentimientos.
Su presencia es insustituible para el desarrollo socio-afectivo de todas las personas y, de manera especial, para los miembros del hogar que tienen alguna discapacidad. Pero no porque esperen un trato diferenciado o una actitud sobreprotectora sino, por el contrario, porque de ella se debe derivar un trato que posibilite el desarrollo de sus potencialidades y capacidades. Su presencia es relevante para promover las condiciones de equidad e igualdad de oportunidades.
Desde la familia se deben de generar condiciones favorables –físicas, emocionales, entre otras- para equiparar las oportunidades de desarrollo integral que requieren las personas con discapacidad.
Las personas con discapacidad no pueden estar en mejor lugar que en sus propias familias. En muchos casos se requiere del apoyo especializado y profesional para poder superar algunas de las limitaciones que son producto de esas condiciones de discapacidad. Pero, como lo han demostrado los diversos estudios, los entornos familiares positivos, el amor y el afecto de las personas cercanas en el hogar, resultan en el mejor y más efectivo proceso terapéutico -físico, mental, emocional y espiritual- para aprender a desarrollarse, a pesar de una discapacidad.
Importancia de la familia en la formación de personas con discapacidad
La forma en que los padres estructuren el entorno educativo familiar y desarrollen las interacciones con sus hijos, y las diferencias en estos aspectos, definen perfiles de competencias y desarrollo en los niños.
Dicho de otra forma, los niños van a ser capaces de aprender más y mejor si crecen en un ambiente sano, estimulante, motivador y afectivo, en el que se favorezca su seguridad básica y su independencia.
El tipo de relación que el niño establezca con su familia va a contribuir de manera importante para que obtenga más o menos éxito en el proceso de desarrollo de su personalidad y aprendizaje. De ahí la importancia de la colaboración estrecha que la escuela, frente a la tarea de educar a un niño, debe establecer con la familia. Esto supone incorporar a la escuela información significativa del contexto familiar, hacer extensivo a los padres los propósitos educativos para con ellos, siempre que sea posible.
Todo lo que la persona con discapacidad aprenda estará en función del entorno educativo familiar del que forme parte. Y eso a su vez está relacionado con las ideas que los padres tienen sobre la educación y desarrollo de sus hijos.
Programas en el Instituto Tobías Emanuel que ofrecen apoyos y metodologías específicas para la Discapacidad Cognitiva
El Instituto Tobías Emanuel cuenta con los siguientes programas de atención y educación dirigida a la discapacidad cognitiva y discapacidad intelectual:
– Internado
Modelo de hogares con apoyo
Se encuentra fundamentado en el enfoque de calidad de vida y en el modelo solidario de Inclusión Social del ICBF. Atiende a personas que en su mayoría están desamparadas por diversas razones.
Busca la restitución de los derechos y mejorar la independencia, promoviendo el autoestima y la convivencia a través del desarrollo de actividades artísticas, culturales y recreativas, el ocio, el tiempo libre y la vida ciudadana, tratando de devolver con dignidad el hogar que no tienen.
– Fortalecimiento de Capacidades
Es una modalidad que se inscribe en los programas de Prevención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Atiende niños, niñas y adolescentes de 7 a 17 años, con discapacidad intelectual leve a moderada. Corresponde a un servicio de atención integral de 4 horas diarias.
– Avances: habilidades para jóvenes adultos con diagnóstico de discapacidad
Es un programa ocupacional de desarrollo humano dirigido a población joven y jóvenes adultos con un diagnóstico de discapacidad, entre otras asociadas a la misma.
La labor en el Programa de Avance, actualmente, se desarrolla con personas de entre 25 y 68 años. Sin embargo, el grupo no se limita a las edades sino a las habilidades de cada una de las personas. El programa tiene un perfil a nivel comportamental.
– Formación para el Trabajo
Los programas de Formación para el Trabajo y el Desarrollo Humano han sido creados especialmente para jóvenes con discapacidad intelectual o cognitiva. Cada programa técnico de formación tiene una duración de tres (3) años.
El Certificado que se otorga es Técnico Laboral por Competencias en (uno de los 4 programas registrados):
Panadero Pastelero – Registro 4143.2.21.11131
Auxiliar Administrativo – Registro 4143.0.21.964
Auxiliar en Almacén y Bodega – Registro 4143.0.21.933
Jardinería y Vivero – Registro 4143.2.21.11133.