Ya son varios meses de confinamiento a raíz de la emergencia mundial por el COVID-19. Tal situación trae consigo retos de toda índole y dentro de ellos, nos ocupamos de las personas con discapacidad.
Sus rutinas en el confinamiento pueden verse alteradas, modificando también su estilo y calidad de vida. Así que para acortar el margen de que esto suceda, existen unos consejos que buscan fomentar la salud física y mental de personas con discapacidad en esta situación.
Los propone Hazel Fallas Saborío, Directora de la Escuela de Terapia Física de la Universidad Latina de Costa Rica, junto a directores y profesores del Instituto Tobías Emanuel.
-Es necesario involucrar activamente a la persona con discapacidad en todas las medidas de protección y vigilancia que se adopten para prevención del COVID-19 en el hogar.
-Lo ideal es organizar los espacios en casa de manera que haya la mayor cantidad de espacio libre, para tener facilidad en el desplazamiento y limpieza de esta.
-Establecer horarios y rutinas, para comer, ver televisión, dormir y generar actividades en familia.
-Es necesario que la persona responsable en el hogar cumpla con todas las medidas de salud y que pueda alternar las funciones con otra persona que forme parte de la misma burbuja social. Esto con el fin de evitar el recargo de actividades hogar- atención.
-Utilizar pictogramas, fotografías, dibujos, señas, juegos, etc. Adicionalmente, es importante incluir el uso de la tecnología, si se tiene acceso a dispositivos y conectividad como videos, audios, presentaciones, esto permitiría el contacto social con otros.
-También es sano salir a dar un paseo, tomando en cuenta las características de la persona y sus necesidades de salud. El fin es buscar espacios de esparcimiento y relajación, para cuidar la salud física y mental.
-Si se sale del hogar es necesario acatar las indicaciones emitidas por el Ministerio de Salud, con el fin de no generar otras dificultades de orden conductual.
-Es importante que todos los miembros de la familia gocen de buena salud mental, emocional y física, esto incluye a las personas cuidadoras, ya que su labor puede llegar a deteriorar dichas condiciones de salud.
-La familia debe organizarse y ayudarse de manera colaborativa en pro de una mejor calidad de vida, tanto para la persona con discapacidad, como para el resto de los miembros de la familia.
Seguir estas recomendaciones está alineado con lo establecido en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que contempla el derecho a la salud, a la recreación, y el acceso a las medidas que les permitan mantener la máxima independencia, capacidad física, mental, social y vocacional, y la inclusión y participación plena en todos los aspectos de la vida.