La forma en que nos expresamos define y difunde maneras de ver el mundo y de entender a las personas. Esto tiene consecuencias en el respeto de los derechos de las personas con discapacidad y por eso es de vital importancia expresarnos correctamente.
Cuando hablamos de personas con discapacidad, es importante referirnos a su discapacidad solo cuando esto sea pertinente. Lo correcto es llamar a la persona por su nombre, como lo hacemos a los demás. Y en caso de que debamos referirnos a la discapacidad, la expresión correcta es la de persona con discapacidad. En primer lugar, hablamos de las personas y en segundo término de la discapacidad como una de sus características.
“Lo más importante que hay que saber a la hora de mencionar a personas con discapacidad es que son personas, y por tanto, son muy distintas entre sí, incluso en lo que se refiere a su actitud sobre su discapacidad, algunas personas prefieren términos diferentes, otras se ofenden mucho con la terminología y a otras les da igual. Para la mayoría de personas con discapacidad, lo importante es que se muestre respeto por la persona, y se vea más allá de la discapacidad (Shawn L. Henry, 2008)”.
La persona en primer lugar
En la sociedad actual se puede oír en la calle o en los medos de comunicación, utilizar términos como “subnormal”, “psicópata”, “retrasado”. Con ellos se insulta a las personas o se describe a alguien que tiene algún tipo de discapacidad. Estos adjetivos habitualmente utilizados significan: “menos válidos”, “no normales”, “defectuosos”, “incompletos”.
Estas palabras les califica como si no fueran capaces de hacer nada, algo que está muy lejano a la realidad. Son personas con capacidades que necesitan una serie de instrumentos para demostrar lo que valen. Por tal razón al referirse a ellas hay que asegurarse que se utiliza la terminología comúnmente aceptada y evitar los términos ofensivos.
Recomendaciones y Pautas uso de Terminología apropiada
A continuación y gracias a un trabajo publicado por Matías Sánchez Caballero (Master en Accesibilidad Universal y Diseño para Todos y Master en Educación y Comunicación en la Red), mostramos unas recomendaciones, en cuanto al trato a personas con discapacidad, para conseguir una comunicación positiva que pueda contribuir a mejorar la percepción de la discapacidad.
-Cuando se refiera a la discapacidad de una persona, se debe poner el énfasis en la persona y no en el uso de etiqueta genéricas. Es mejor decir “persona con autismo”, “personas sordas” o más genérico “persona con discapacidad” mejor que “el autista”, “los sordos” o “el discapacitado”.
-Usar el término «la discapacidad» mejor que «la deficiencia» para referirse a la discapacidad de una persona. Es mejor usar «accesible» para describir las “deficiencias”, como en el caso de “un aparcamiento con deficiencias”, usar mejor “un aparcamiento poco accesible”.
-Evitar las descripciones negativas o sensacionalistas de la discapacidad de una persona: «sufre de», «una víctima de», o «afligido con», o referirse a personas con discapacidad como «pacientes», a no ser que lo haga porque estén recibiendo tratamiento médico.
-No retratar a las personas con discapacidad, que han tenido éxito social o profesional, como superhéroes, llenas de coraje o especiales, esto distorsiona la verdad e implica que es insólito tener talento o habilidades por parte de este colectivo. Lo razonable es mostrar a las personas con discapacidad que tienen éxito y a las que no lo tienen, pero que luchan todos los días por llevar una vida lo más normalizada posible y, centrarse en la persona y no en la discapacidad.
-No usar el término «normal» para describir a las personas sin discapacidad o para comparar. Es mejor decir «personas sin discapacidad». Tampoco decir «condenado a una silla de ruedas» o «limitado a una silla de ruedas”. Las personas que usan instrumentos o equipos para la movilidad, gracias a estos, tienen la libertad y la accesibilidad que de otro modo les es negada.
-Evitar usar verbos o términos negativos al presuponer que sufre o experimenta una disminución en su calidad de vida. Ejemplo: “sufre esquizofrenia”, “padece sordera”, “afectado por polio”, “víctima de”. Es mejor utilizar el verbo “tener” que es menos negativo, “tiene una distrofia muscular”.
-Uso de eufemismos como “personas diferentes”, “con problemas físicos”, “físicamente limitados”, “invidentes”, y diminutivos como “sillita” o “carrito” para referirse a la silla de ruedas. Lo correcto sería hablar de “personas con discapacidad física o con problemas de movilidad” o “personas ciegas”, de “silla de ruedas” o de “andador”.
Las referencia usadas para la realización de esta guía han sido la Declaración de Salamanca(2004), Disability Etiquette Guide (2011), y las pautas de estilo propuestas por el Real Patronato (Fernández, 2006).