Debemos empezar por tener claro que la discapacidad no implica incapacidad. Así que el trato a las personas con discapacidad cognitiva y/o discapacidad intelectual debe ser el mismo que con cualquier otra persona. Priman la naturalidad y el respeto a su dignidad.
Se debe tener clara la condición de persona, por encima de su discapacidad cognitiva o discapacidad intelectual. Para eso compartimos estos consejos:
–Háblale directamente a la personas y no a su acompañante, con un tono de voz normal. Así se evitan prejuicios y sobreprotección.
-Antes de ayudarle a alguna persona con discapacidad, pregúntale con naturalidad si lo necesita y cómo puedes hacerlo.
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–Céntrate en las capacidades de la persona y no en sus limitaciones. Una visión positiva de las personas con discapacidad cognitiva y/o discapacidad intelectual nos ayudará a ponernos en su lugar y a mantener una relación de calidad.
–Evita indagar en el diagnóstico de la enfermedad o deficiencia que origina la discapacidad.
–Fomenta la inclusión de las personas con discapacidad. Eso mejorará su autoestima y el concepto que el resto de la sociedad tiene de ellas.
–Utiliza un lenguaje claro y sencillo. Es recomendable dividir las frases en partes y utilizar ejemplos.
–Sé paciente en la comunicación. Repite el mensaje en caso de ser necesario.
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–Dale el tiempo para sus respuestas. Sé flexible y muestra apoyo siempre. Verifica que la persona haya comprendido lo que se le ha indicado.
-Las personas con discapacidad intelectual tienen dificultad para adaptarse a los cambios, ya que estos les provocan inseguridad. Es recomendable que le comentes los cambios antes de que ocurran.
Las personas con discapacidad cognitiva y/o intelectual pueden tener una buena inserción social. El trato no debe cambiar demasiado. Basta con acatar las recomendaciones.