Nuestra actitud y conocimiento sobre la discapacidad intelectual es fundamental para generar un espacio inclusivo de interacción y relación. De esta forma eliminaremos cualquier barrera que ponga por delante a la etiqueta de la discapacidad antes que las competencias profesionales y el talento.
Marina Armijo, consultora de selección de la Fundación Adecco y experta en integración laboral de personas con discapacidad intelectual, publicó este decálogo de consejos que pueden ayudar a gestionar la discapacidad intelectual en el entorno profesional:
- Adoptar una manera de hablar natural y sencilla. Evitar el lenguaje técnico y complejo y usar frases directas y bien construidas. Evitar los circunloquios.
- No subestimar el talento de las personas con discapacidad intelectual. Muchas veces no les incluimos en conversaciones cotidianas o laborales por pensar que no estarán a la altura.
- Responder a sus preguntas, asegurándonos de que nos han comprendido. Hay que tener paciencia, sus reacciones pueden ser lentas y tardar en comprender lo que se le dice.
- Salvo para cuestiones intelectuales, tratarlas de acuerdo con su edad.
- Limitar la ayuda a lo necesario, procurando que se desenvuelva sola en el resto de las actividades.
- Facilitar su relación con otras personas. Formar a los equipos en ese sentido.
- Evitar la sobreprotección. Debemos dejar que ellas hagan o traten de hacer solas todo lo que puedan. Ayudarlas solo cuando sea realmente necesario.
- Desean vivir en situaciones normalizadas y que se valore lo que hacen por el mérito que tiene y no por el hecho de que sean personas con discapacidad intelectual.
- Procura estar atento a sus respuestas, para que puedas adaptar la comunicación si fuera necesario.
- Habla directamente a la persona con discapacidad intelectual, no a su acompañante si lo tiene.