La primera edición de Arte Mágico, realizada en 2017, marcó un antes y un después en la expresión artística de niñas, niños y jóvenes del Instituto Tobías Emanuel (ITE).
Durante esa inolvidable jornada en el Auditorio del Centro Cultural Comfandi, los escenarios fueron tomados por casi 40 artistas con discapacidad intelectual, quienes hicieron realidad sus sueños artísticos a través de la pintura, la música y el baile. Fue una muestra única de talento, creatividad y esfuerzo que dejó una huella profunda en todos los asistentes.
De los 126 beneficiarios que en ese entonces formaban parte del ITE, los seleccionados prepararon un despliegue de arte abstracto, música en vivo y danzas de diversos ritmos, que incluyeron bachata, cumbia, maquerule, danza urbana y carnaval. Cada pieza fue un reflejo del arduo trabajo y dedicación de estos jóvenes, quienes, a través del arte, encontraron una forma de expresar sus emociones y conectar con el público. Los participantes provenían de los tres programas principales del instituto: internado, externado y formación para el trabajo.
La colaboración entre disciplinas fue clave en este evento. Mientras los cantantes y músicos ofrecían el fondo sonoro que acompañaba las danzas, los artistas plásticos aportaron sus obras a la ambientación del escenario, generando una experiencia multisensorial. El espectáculo no solo mostró el talento individual de cada joven, sino que fue una verdadera celebración del arte como un lenguaje universal que une y transforma.
Stella Rubiano, directora del ITE en ese momento, expresó el impacto de esta edición inaugural de Arte Mágico: «No pocos autores comprometidos con el crecimiento humano han destacado la importancia de la pintura, la música y la danza en la formación de todos nosotros; son prácticas que estimulan los sentidos y establecen una comunicación especial entre los diferentes seres humanos. Son un lenguaje salido del interior de cada uno para representar sentimientos y sensaciones.» Así, Arte Mágico 2017 no solo fue una muestra artística, sino un espacio donde se celebró el poder transformador del arte en la vida de cada uno de estos jóvenes.
